-Perdona, pero me confundes por otra persona- así es como ella negaba ser quien era.
En aquel humilde pueblo nadie parecía sorprendido. ¿Qué podían decir? Sólo sabían que la ruta desde el muelle hasta el faro olía a lavanda y menta.
Que del faro salpicaban aromas de sal y pimienta.
Que los niños con sus sandalias roídas, corrían hambrientos al llegarles los aires a pan tostado y galletas.
Que las mujeres adoraban remendar, coser o bordar, durante largas jornadas de invierno, recogidas, llenando la estancia del faro con risas y llantos a la luz de las llamas de un tronco quemando.
Y que los hombres alborotados giraban la mirada cuando ella pasaba taconeando entre adoquines, voleando sutilmente la falda, obedeciendo al contoneo disimulado de una graciosa cadera.
Dicen que aquella era "La Fugitiva" y dicen que él era quien la buscaba para detenerla.
Dicen también que quedó sumido en la magia de faro.. y dicen, que al final, él se quedó con ella...
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Qué ojos verdes, qué mirada lánguida , tímida y cristalina |
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Qué brillante carcajada oculta el miedo pintado en tu rostro |
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Qué expresión de tus labios a media sonrisa |
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Qué adornada tu belleza sonrosada |
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Para mí es el quebranto de una melancolía que no cesa |
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El quemazón ocasionado por tomar la decisión |
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...de renunciar a tu búsqueda, mi princesa. |